lunes, 27 de noviembre de 2017

nu

en 600kms de coche paras, al menos, una vez. pides tu cortado en cualquier sucio bar de carretera y, de pie en la barra, agarras un papel y pides un boli. escribes. lo primero que tienes en la cabeza. si voy con alguien hablo pero, si voy solo pinto o escribo. siempre planeando amenazante el síndrome de la obra terminada.
y rayando en blanco te das cuenta que una "n" y una "u" son iguales pero giradas. una "n" es una "u" puesta patas arriba. la giras y ya, más asentada se vuelve a convertir en "n". curioso fenómeno ¿no? tienes algo estable, abres la ventana y entra un chorro de aire fresco. te da vida. te gusta. aunque pone todo patas arriba, estas encantado de que tu "n" se convierta en "u". el tiempo volverá a poner todo en su sitio pero tu sabrás que esa "n" había sido una "u". nunca fue solo "n". y, mientras la vida sigue, vas dándole la vuelta de vez en cuando con las cosas que haces. con las experiencias que vives. con la gente que te rodea. con lo que compartes. con lo que haces solo. con cervezas. con deporte. con risas.
último trago al cortado. ya está frío. todavía estamos lejos de casa y hay que seguir. acabas el dibujo. arrugas la servilleta y la dejas, echa una bola, junto a la taza. devuelves el boli y sales a la calle.


y cuando vuelves a subir al coche, arrancas y salta la música. manipulada por ese duende que está siempre ahí. enviándote hoy una sonrisa, mañana una colleja. haciendo que la vida no sea plana. poniendo banda sonora a todo lo que pasa. ¿"nu" es genial?


"Dónde vamos tan deprisa?", me pregunta su sonrisa.
Si tu quieres, tengo el plan:

Caminar, hasta que salga el sol,
por donde salga el sol, que no me da.

Si te vas. Extremoduro

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