miércoles, 3 de agosto de 2016

mano-pie

Os voy a contar algo superchulo que, casi seguro, ni os interesa ni os sirve. Como la mayoría de las cosas que nos explican...y que no sirven para nada porque somos tan burros que ni siquiera las escuchamos. Yo, como tengo un dormir difícil, voy pensando cosas. Unas las escribo, otras las cuento y otras las archivo. Esta es de anoche. Voy...

Ahora con los macrorocódromos que hay en naves industriales no se si las hordas de jóvenes escaladores sigue jugando a ello pero, en la prehistoria teníamos pequeños tablones donde hacíamos metros y metros como un gracioso hámster hasta caer fundidos en la colchoneta. Cuando ya tenías algún conjunto de pasos más o menos encadenado jugamos a "sin pies" -en desplome bestia o techo- o a "mano-pie".
El primero es bastante evidente y además sois todos bastante espabiladillos por lo que lo obviaremos. Además no aporta nada para dar profundidad a mi pensamiento filosófico de calurosa noche de agosto.
El segundo, que tampoco es complicado de intuir, consiste en poner los pies solo en las presas que toques con las manos. Y puedes complicarlo aún más haciendo par derecho y par izquierdo. ¿Si? Retorcidas posturitas, gestos imposibles, muecas preocupantes....grandes hostias ! En fin, complicar lo fácil lo hacía divertido pero hacía más difícil la diversión duradera.
Por eso, tras un rato de mano-pie, siempre acabábamos volviendo al ratoneo habitual por el tablón. Que total, para lo que estábamos allí era para cargar pilas gastando-las.
Pasad buen día !!

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