miércoles, 20 de noviembre de 2013

Yo avituallo, tú corres, el/ella corre...

Dos fines de semana seguidos avituallando. Me estoy convirtiendo en un "avitual" de estos menesteres :-)
Una carrera 'seria' -la marató del Montseny- y otra 'menos formal' -maratón pirata de Montserrat (by Koala's team)
Seguro que no es mucho pero creo que me da para, echando un poco de imaginación y algo de morro, sacar algunas conclusiones. Ahí van.
Avituallar ha de ser una fiesta. Una fiesta que comienza mucho antes de que llegue el primer corredor y que acaba un buen rato después que pasa el último. Es genial partir de una base de buen rollo entre los que nos juntamos alrededor de un montón de botellas y bolsas sobre unos tableros. Así es mucho más fácil darle a todo formato de parada y fonda para los corredores que llegarán en cualquier momento.
Y decir fiesta no ha de implicar nunca falta de atención al corredor. Creo que no me equivoco cuando digo que el corredor (y me centro en el grueso del grupo) no llega solo al puesto a pastar y abrevar. Y, desde el otro lado de la mesa tenemos que ofrecer algo más que una bandeja de plátanos, unos frutos secos o un vaso de isotónico o agua. Si los corredores llevan su nombre en el dorsal, ¿por qué no les voy a llamar por su nombre aunque no les conozca?, por ejemplo.
En poco rato el ambiente se llena de anécdotas de todo tipo que muestran corredores de paso y corredores de apalanque, familiares preocupados porque no llegan los suyos, apelotonamientos con codazos y ratos sin nadie, preguntas que no se entienden, chistes que nadie pilla, gente que solo puede señalar con el dedo y otros que no calla, artillería pesada de excusas y de alegrías, etc. Y alguno que echa el ancla !
El rato que están delante nuestro, y yo cuando corro lo busco, se ha de intentar establecer una mínima complicidad con el que va de corto. Si llueve, si hace sol, si mucho frío no se avitualla igual. Salvo que te limites a llenar bandejas y vasos. Estoy convencido que hasta los platanos y naranjas sientan mejor si se cortan con ánimo positivo.
Avituallemos ahora el ánimo: Explicar lo que le queda se puede hacer de muchas formas. Y hay que ser capaz de transmitir lo duro o lo blando del trozo que queda. Si no lo conoces, mejor pasapalabra. Podemos decir:
- Te quedan 12kms con 600+
ó
- Va, ánimo que es un tramo durillo de unos 12kms con un par de repechos que suman unos 600+. El terreno no es corrible pero andando a buen ritmo te lo haces. Aprieta lo que puedas después y a meta.
¿no?
En resumen, la oportunidad de estar en un avituallamiento nos ha de hacer mejores corredores. Y nos ha de devolver a casa satisfechos y contentos porque para mucha gente, ese día, podemos haber marcado la diferencia entre acabar diciendo que "carrera más guapa" o "vaya mierda", incluso para recorridos preciosos. Creedme.
Me veréis más veces, con rastas o sin ellas, al otro lado de la mesa...pero de momento creo que priorizo correr. De cualquier forma, nos vemos, siempre, en la montaña.




1 comentario:

  1. Es una gran verdad. Los voluntarios de los avituallamientos, pueden transformar una carrera normal o modesta, en una magnífica prueba de recuerdo imborrable. Mas aun si se está pasando mal. Tengo muy reciente el Iberman (Ironman), en el que lo pasé como nunca de mal, y sin embargo lo que nunca olvidaré es la calidad humana y el cariño de los voluntarios..... desde luego marcan la diferencia, y en una prueba pueden cambiarte el chip de la cabeza, despejar dudas, alimentar la moral... Fundamentales!!

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