miércoles, 16 de octubre de 2013

"No me busques que me encuentras".

Otra frase 'fusilada' del repertorio de mi madre (y, me imagino, del 99% de las madres).
Tengo ganas de escribir un rato sobre un tema que ahora está, diríamos, a la orden del día: el [noseporqué] requetebuscado límite. Todo desde el máximo respeto y como expresión de una opinión personal. Cada uno podemos tener la nuestra, ¿no?. Pués esta es la mía, basada en mi experiencia (ceñido única y exclusivamente al deporte, porque también le podéis tentar en el trabajo, las relaciones personales, etc).
Llevo unos cuántos años haciendo deporte con mejor o peor suerte. Con una evolución, asociada al aumento de la edad, hacia pruebas cada vez más largas Siempre intentando dar lo máximo pero sin poner en peligro conscientemente mi integridad. En estas pruebas, como en las borracheras, es muy fácil dejarse llevar y acabar tirado en un camino (o que dos amigos te tengan que llevar a casa). Para mi ambas cosas son el objetivo a evitar. Y para eso, vuelvo al deporte solo, debería de servirnos el entrenamiento.
Si, para mejorar también, esta claro. Pero sobre todo para conocernos, analizarnos y extrapolar sensaciones al día de la competición. El cuerpo habla. Pero hay que aprender a escucharlo. Y a veces hacerle caso. ¿Nos acercamos a ese límite dichoso muchas veces? ¿Hay un punto de no retorno? Si a las dos. O por lo menos yo. Me gusta flirtear, en determinadas ocasiones con esa sensación de ir a tope y saber que, un punto más y reviento. Escojo no pasar. Una copa más y al suelo. Pués no me la tomo.
Por supuesto, no hay ninguna necesidad de ni siquiera rozar ese punto. Pero tiene su gracia. Y existe. Claro que existe. Cada uno el suyo.
No es ninguna broma. Y en carrera cuenta todo lo que te rodea. Un médico que, por el motivo que sea, tarda en llegar 10' más de la cuenta te retira de por vida. Pensad que no todos tenemos alrededor un séquito pendiente de nosotros. De hecho casí ninguno.
Yo salgo cada día a entrenar con la idea de pegarle un empujón a ese límite y ponerle más alla. Trabajo duro (lo llevo haciendo durante años) para que los kilómetros que corro cada vez sean más o hacerlo más rápido. O con más desnivel. Pero también aprendo a ver donde he de aflojar para volver a casa cuando acabe o al trabajo el lunes siguiente. Porque también soy eso. Padre y currito. Y quiero ser abuelo.
No me enrollo más. No creo que nadie cambie de opinión pero yo necesitaba escribirlo. Se admiten opiniones y comentarios ilimitadas :-)

PD: Y para acabar de embarrarme solo me faltaría completar con algo en lo que ya no entraré: la responsabilidad irresponsable de aquellos a los que escucha mucha gente. Allá ellos. Los unos y los otros.


1 comentario: