miércoles, 9 de octubre de 2013

Estrenando correr en 'casa'. TrailGredos 2013.

"Nunca olvides de dónde vienes. Es tan importante o más como saber adonde vas".
No es una frase de nadie famoso. Es mía. Y no es el resultado de un chispazo de lucidez. Es el resultado de llevar unos 26 años dando vueltas arriba y abajo sin perder de vista el origen del que salía. Gredos. El Barco de Avila.
Y aquí, gracias a Bea, Jesús y Davi volví una vez más de muchas, pero la primera para correr con dorsal y por el monte. Mi pasión. Gracias.
He escrito muchas crónicas. De todo tipo. De distintas disciplinas. Pero esta es la que más me ha costado. El factor emocional estaba presente en un alto porcentaje tanto por los que estaban como por los ausentes. Qué tu hermana te dé el dorsal, que la otra haga las fotos en meta, que corras con tu hermano y cuñado y, lo mejor de todo, que tus padres esperen en meta...menuda carita cuándo llegué. No se si erá de alegría por el buen puesto o porque ya estaba acabado todo. A parte, amigos por todas partes y terreno archiconocido. Y en mente los ausentes queridos.

La carrera como tal apenas tiene relevancia frente a esto. Hasta que la corneta de Julito (quinto del 72 como yo) da la salida. Ahora hay que batallar. Y se que son los jovenes los que van a apretar. No se lo voy a poner fácil. No aquí.
Se sale rápido y callejeamos por el pueblo rodeando el castillo. La charleta se entrecorta porque los de delante aprietan. Y antes de pisar camino de tierra ya hay un grupo de 3 que se alejan a buen ritmo. Detrás vamos unos cuántos más con ganas de seguirlos pero sin fuerzas. Solo Pepe sube un punto y se va con ellos. Yo me quedo con Davidiego. (creo que nunca había puesto tantos nombres en una crónica, disculpad los que no conzcáis a la gente).
Yo, íluso de mi, pienso que ya caerán en la primera subida. Nos vienen 600+ que no son moco de pavo. Comenzamos a picar en los repechos y andar algún trozo. A medio cortafuegos final me conformo con pillar a la mitad de los que van delante y en el alto de la torre forestal paso séptimo. Allí hay más gente del pueblo en el control y no puedo evitar interactuar algo. Hay niebla pero no creo que llueva. Hoy no.

Y lo que sube baja, y baja a saco hacia el precioso pueblo de Cardedal. Un bajadón-falso llano-bajadón me regala la entrada en el pueblo en quinta posición y encuentro a mi padre al lado del avituallamiento. Levanto la mano para que me reconozca (creo que no lo hizo), le guiño un ojo mientras bebo agua y levantando el pulgar mientras sonrío me pongo en marcha. Me alejo pensando qué estará pensando él. Qué cosas...
El trozo de pista en subida me devuelve otra vez a la torre de vigilancia de incendios y me afianza en mi puesto. Se que voy rozando el límite de tenar que dejar de trotar, pero mirar atrás y no ver a nadie en lugar de relajarme me anima. Y llegó arriba. Paro, hago giro de 360º y con la imagen de Gredos cubierta de nubes me tiró hacia bajo. Dirección al fondo de un valle donde está Hermosillo y donde empiezan los últimos 200+. El trote bajando es alegre pero veo al 4º y se que no le recorto. Eso es porque es mejor que yo, pienso. Aprieto. Y como si lo supiera creo que él también.


Al comenzar a subir creo que le voy recortando...y de pronto dejo de verle. Vaya ! Pregunto en el avituallamiento del colladito y me dicen que solo han pasado 3. Parece que se ha despistado...esto también es carrera.
Pués nada, ya solo queda bajar a tope y si alguno de los de delante se deja echarle el lazo. Muy contento voy. De los de delante dos deben ser sub25 y el otro alrededor de los 36. Y el cuarto el abuelete jajaja.
A todo lo que da el motor de un tractor bajo entre las encinas y por la pista. Miro atrás pero veo que que no viene nadie. Y de pronto me doy cuenta que ya se acaba. Que no queda nada. Coño, que corto es esto. Y empiezo a acumular información visual, de emociones, de sensaciones...todo lo que se deje. Piso y siento, Respiro y siento. Miro y siento. Sonrío y siento. Y así callejeo de nuevo y bajo por la calle Mayor para girar y entrar en un plaza que me ha visto de todas las edades, colores y sabores durante 41 años. Ahí es nada. La plaza de mi pueblo, la carrera de mi pueblo. Gracias !



 

 

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