jueves, 27 de junio de 2013

Andorra UT 'Mistic' (II)

La salida del avituallamiento del Pla de l'Estany va en paralelo a la entrada un buen rato. Solo separados por una cinta trotamos por nieve los que vienen y los que nos vamos pero es imposible reconocer a nadie con la luz de los frontales de cara. Me centro en no perder a Txomín y adapatarme a una bajada que no es de mi agrado. Una bajada como algunos momentos de la vida en los que todo va rápido, sin tiempo para nada y donde las cosas suceden y, bastante trabajo tienes con ir asimilando, sin poder influir en nada. Una bajada que pone de manifiesto que necesito un poco más de luz de la que llevo, como en este momento de mi vida. Intento buscar el "cobijo" de alguien con un frontal más potente y ayudarme de él. Pienso. Intento no caer.
El terreno vuelve a ponerse cuesta arriba pronto y de camino a los 2600m pasaremos por Arinsal. Esto quiere decir subida gorda. A mi me va bien. Los bastones comienzan a echar humo y los voy manejando alternados o a la vez para ir cambiando el gesto. Saliendo de un tramo de fuerte pendiente de bosque nos espera una gran luna sobre la montaña pelada que nos enseña el perfil de la subida que nos queda. Se forma un "cordón de perlas" con los frontales de los que van delante. No hay duda, vamos arriba del todo. Y suena una gaita. Si una gaita. Con su gaitero y todo. En la cima, como un espíritu, recibe a los que vamos llegando con el aliento entrecortado, la vista incrédula y el oido vago. Es la personalización de esos momentos increibles que tiene la vida en los que te encuentras algo que no esperas (que no son tantos como nos gustaría). Dan ganas de quedarse allí. Esos momentos de parar el tiempo. Pero lo que toca ahora es bajar de nuevo. Al coll de la Botella. Y rápido... Txomínnnnnn, dame luz !!! Vamos tan lanzados que nos pasamos el control unos metros y hemos de volver atrás. La noche esta preciosa y no es ningún castigo.

Cargamos bebida y comemos algo. Un precioso sendero entre arboles, bastante llano, juega a dibujar delante de nosotros falsas sombras y formas extrañas. Es la combinación de frontales, luz de luna entre las ramas y cierta velocidad de trote. Vamos camino del km casi 40 en La Margineda (primera base de vida) pasando una pequeña tachuela y una larga bajada bastante corredora. La cabeza iba más rápido que los pies y un análisis rápido (otro más) de los últimos meses de mi vida me vuelve a confirmar que, salvo pequeños errores, estoy contento con mi actitud. Quizás como en la bajada, podría haber apretado un poco más, pero siempre a riesgo de caer. La vida, como el terreno humedo en esta parte de la carrera, es resbaladiza muchas veces.
Alternando pista y sendero bajamos hasta el lado del río y trotamos ligeritos por un camino empedrado que, como a Dorothy en el Mago de Oz, nos lleva hasta la primera bolsa con ropa para cambiarnos (o no). En la Margineda nos dan las 4:00AM
Con las fuerzas recuperadas y calcetines secos salimos a por los 1500+ que nos esperan. Me apetecen. Y a la postre fue el rato más intimista de toda la carrera. Todavía con bastante fuerza y, ya solos el vasco y yo, me enfrenté amparado en el silencio tácito y mientras subía, a mis miedos, mis dudas, mis odios y mis 'amores'. Los intenté poner a todos en fila. Enfrentados unos a otros. Limpios de polvo y paja para mirarlos a los ojos y descartar lo que no aportara nada. Se me quedó corta la subida.... coll del Bou Mort.
Desde aquí y durante más de 8h no bajariamos de 2000m. Ahora había que gestionar la altura, que para alguien que entrena casi todo el rato por debajo de 1000m no es una tontería. Vigilar dolor de cabeza y sobre esfuerzos que luego se pagan. El perfil era atractivo: subir collado, bajar collado. Digamos 4 veces. Valles preciosos que si no te fijas parece calcado del anterior pero que, en detalle, no se parecen en nada. Ya viene el sol. Y con él día las fuerzas dan un primer aviso que se pueden acabar. Modo Regulando ON. Y enganchamos con los valientes que vienen de la Ronda dels Cims.

Podría mezclar nombres de collados, descripciones de subidas peladas y bajadas junto a ríos. Mi capacidad de retención orográfica no da para tanto. Recuerdo el control de l'Illa como un sitio idílico, un enclave de lujo con un refugio de los primeros a los que el sol da los buenos días. Lo que sería en la vida un fin de semana perfecto dentro de una semana redonda de trabajo. Para echar el ancla, vaya. Y recuerdo también el coll dels Isards porque allí esperaban los amigos Koalas. Animando en el último repecho y empujando en la bajada posterior por nieve. Bajada que nos llevaría a mi infierno del día. El mio y el de mucha gente: la subida+bajada desde Pas de la Casa por pista de esquí casi vertical. IN·FIER·NO. Traducido en una agónica subida de poste a poste del telearrastre y un dolor terrible de gemelos en la bajada. Eterno todo. Otra nueva subida a pistas, esta vez en zetas y, por fin bajada a la segunda base de vida: Bordes de Envalira, aprox km 80 y las 13:45. Una hora más de lo previsto por Txo(gar)min en La Margineda. No nos sobra nada. Nos falta mucho...

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