sábado, 11 de mayo de 2013

Montaña Mágica, Pensamientos jaBanlinescos.

Levantarse pronto es distinto de madrugar. Lo primero lo he asociado siempre a hacer algo que me produzca placer. Lo segundo a tareas que no lo hacen tanto (trabajar la mayoría de las veces). Sabía que hoy, sin tener que poner despertador, amanecería con el día y ya tenía en capilla la vuelta que quería hacer -y que he hecho- por Montserrat. Es la hermana mediana entre la Maratón Pirata Koala y las cronoescaladas, también made in Koalas, a la Antena  y mi Montserrat Express (subida de Monistrol a Sant Jeroni).
He aprovechado la soledad de un entreno largo para hacer una análisis-paja mental, con poco rigor científico y algo de humor, entre algunas diferencias que encuentro entre esta actividad montañera -que no es realmente correr- y la de montar en bici de carretera. Tan cercano tengo aún lo de Mallorca que no podía ser de otra forma. Voy con la brocha...
- A nivel de soledad: me gusta mucho más la sensación de soledad que me proporciona la montaña. Y no es porque haya menos gente o porque sea más "salvaje". Rodar en bici incluye un trasto más -la propia bici- que rompe la comunión con el medio. En bici no tocas la carretera, lo hacen las ruedas. No conectas con el lugar por el que te desplazas directamente. Y además, que coño, la bici no deja de ser una compañía. Trotar solo por la montaña es la máxima expresión de soledad buscada que he encontrado. Lo que más me llena. De lo poco que me hace sentirme dueño de ese momento.
- A nivel de los tobillos: creo que nadie puede tener esguinces dando pedales, ¿verdad? Los pedales son unos cabrones, ablandan los tobillos. Hoy he comenzado trotando sobre un firme que antes era "amigo" y hoy era más agresivo que nunca con mis pies. Pero bueno, a capar se aprender cortando huevos y después de un par de horas con algún 'paso de baile' comprometido he recuperado ese gesto de autoprotección que...no siempre funciona. Sentir como tocas suelo con el tobillo es, cuando menos, algo que acojona.
- Subidas y bajadas: en bici subes un puerto. Te cagas en todo. Aprietas. Llegas arriba y, si quieres te dejas caer. Paras de dar pedales. Sacas pies de las calas y sueltas las piernas. Bebes agua. Recuperas.
Aquí, en la montaña, subes a muerte, llegas a arriba reventado y con la vista nublada. Cambias y...como duele bajar. Como queman al cambiar de músculos. Ehhhh, apunta bien que si fallan los cuadriceps la hostia no te la quita nadie. N A D I E !! Y la vista nublada que tarde en irse.
Hay más cosas analizadas pero creo que por hoy vale.
Solo añadiré que después de 3h por la Montaña Mágica solo me  faltaba que se me cayera la llave del coche en una rejilla de desagüe junto al polideportivo de Monistrol. Pero nada que no pueda solucionar un palo largo y un poco de cinta americana ;-) Buen fin de semana !

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