jueves, 9 de mayo de 2013

Batallitas de jaBanli

Erase una vez, cuando apenas me despuntaban los colmillos, en La Barranca (Madrid) quedaron unos cuantos 'mataos' para entrenar y...me invitaron. Era una tarde con una luz increible pero con frío. Frío antes empezar, claro, porque entramos en calor con los primeros repechos y sudamos con las cuestas de después. Subida a la Bola del Mundo por el camino del tubo. Salida en cuchipanda y al grito de ya, cada palo que aguante su vela. Reagrupamiento arriba y bajada al trote comentando la jugada. Yo ya sabía que iba 'a pillar' por el nivel de los compañeros pero jamás pedí misericordia...y jamás me la ofrecieron; solo pedí que, llegado el momento, no me dejaran perdido por el bosque.
Es acojonante correr asfixiado junto a alguien que trota dando charleta y riendo. Es impresionante la facilidad con la que te pueden soltar de rueda algunos cuándo quieren, o lo que es peor, sin querer. Es muy sano ver como al campeón de mi barrio -yo- solo le queda la opción a la última posición cuando pasa al barrio de al lado. Es una lección a aprender ver que no eres más que alguien que corre más o menos en función de con quien lo hagas. Es un motivo de ilusión ver toooodo lo que te queda por mejorar. Es un chute de adrenalina que te griten desde arriba cuándo te arrastras pero solo quedas tú por llegar. Es genial tener amigos con quien compartir estos momentos. En aquel momento fueron ellos, ahora son otros. Que no falte nadie con quien entrenar cuándo no quiera hacerlo solo. Siempre aprendiendo...

Yo, Antonio Alix, Pedro J. Gracia, Fabián Roncero y Pablo Vega

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